Juventud y consumo de alcohol: un problema de salud pública

- 22/06/2016

“Ya es hora de tomarse en serio el inmenso problema del consumo de alcohol en Brasil, se queremos mejorar la salud de los niños y de los adolescentes”, declaró la coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Drogas y Violencia de la Sociedad Brasileña de Pediatría (SBP), doctora Evelyn Eisenstein, durante la transmisión del Special Interest Group (SIG) de Niños y Adolescentes, realizado en 9/6. La videoconferencia se hizo viable por la Red Universitaria de Telemedicina (Rute), iniciativa coordinada por RNP que apoya, implementa e incentiva proyectos en telemedicina y tiene 57 SIGs en muchas especialidades y subespecialidades.

Ese encuentro, con el tema 'Alcohol, Jóvenes y Salud Pública’, se condujo por la doctora Maristela Monteiro, integrante de la Organización Panamericana de Salud (Opas), de Washington (EUA). El asunto fue abordado para resaltar los riesgos a los jóvenes que están creciendo en una sociedad que favorece el consumo excesivo de alcohol, sea por las propagandas, que muchas veces alían el consumo de bebidas alcohólicas a fiestas, ocio y actividad sexual, sea por el hecho de la cerveza se ha convertido en un símbolo nacional.

Para los expertos que participaron del SIG, el problema es que ni los padres, tampoco los jóvenes conocen la dimensión de los daños causados por el consumo de alcohol, como violencia, intoxicaciones graves, suicidio, homicidio, ahogamientos, negligencia de niños, abuso doméstico, bajo rendimiento escolar y profesional. A largo plazo, aún pueden aparecer decenas de enfermedades crónicas, que incluyen el cáncer de mama, hipertensión arterial, cirrosis, cánceres del aparato digestivo, neuropatías y la propia dependencia. 

Datos internacionales y estudios brasileños presentados por Maristela apuntan que el uso excesivo de alcohol no es una realidad exclusivamente nacional. El consumo de alcohol ha aumentado en Latinoamérica, donde la cerveza es la bebida más consumida y la menos regulada.

La doctora Maristela destacó la necesidad de las asociaciones profesionales, por ejemplo, exigieren una mayor regulación del consumo, incluso el aumento de los impuestos y precios, limitación de los horarios y puntos de venta, fiscalización sanitaria efectiva y principalmente el límite en la venta para niños y adolescentes con menos de 18 años.

Otro papel importante de los profesionales de salud es el de orientar a los padres, desde los primeros días de vida de niño, que alcohol también es una droga y que ellos tienen un papel importante de supervisar y orientar a los hijos. Eso incluye no consumir alcohol en exceso ante los niños y adolescentes, evitar el embellecimiento de la bebida y la noción de que quién empieza a beber temprano es motivo de orgullo, no ofrecer bebidas a los niños y adolescentes o permitir el consumo en casa. Caso los padres noten cambios de comportamiento que pueden estar conectadas al consumo excesivo de alcohol, ellos deben hablar con el adolescente de manera confidencial y neutra, sin juzgarlo por el uso.

 

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