Uno de los grandes propósitos de la Rede Nacional de Ensino e Pesquisa (RNP) es conectar a personas e instituciones incluso en las más diversas regiones de Brasil, contribuyendo al mejoramiento de la calidad de la educación y de la investigación y colaborando con el desarrollo tecnológico, social y económico del país. El servicio que es el “buque insignia” en el cumplimiento de este objetivo es Rede Ipê, una red académica, presente en todo el territorio nacional, con capilaridad para atender a más de 4 millones de personas.

Sin embargo, los obstáculos en el camino hacia la democratización del acceso a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) siguen siendo parte de la realidad de miles de brasileños y no es raro ver que, en las zonas más alejadas de los grandes centros, la oferta de Internet es aún incipiente. “División digital” es como denomina este escenario el especialista en la materia, José Marcos C. Brito, Pro-Director de Postgrado e Investigación del Instituto Nacional de Telecomunicaciones (Inatel). 

El acceso a internet en las zonas rurales 

Aunque la mayoría de la población brasileña se concentra en las grandes centros (84%), menos del 1% del área total del país está ocupada por áreas urbanas. Así lo demuestra una encuesta realizada por la Empresa Brasileira de Pesquisa e Agropecuária (Embrapa), en 2017. El otro casi 16% de la población, unos 35,2 millones de personas, forman parte de otra estadística del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE), que señala que el 21% de la población rural no tiene acceso a internet de banda ancha. En las propiedades rurales, donde la producción agrícola es la principal actividad de ingresos, la tasa es aún mayor: El 71,8% no tiene acceso a internet. Uno de los principales desafíos para la agroindustria brasileña. 

Para frenar la desigualdad digital entre ciudad y campo, la respuesta puede ser una de las apuestas del 2021: la conexión a internet 5G. Sí, en zonas rurales. También en 2020, en la última edición del Foro RNP, el especialista en el tema José Brito destacó los esfuerzos de Inatel en proporcionar el contexto 5G a las zonas remotas del país. “Estamos tratando de desarrollar soluciones y luego influir en los organismos de estandarización para crear el contexto que llamamos 5G para áreas remotas, para llevar la conectividad hacia afuera del entorno urbano y del entorno de las grandes ciudades, contribuyendo con la reducción de la brecha digital que existe en el país y también para acabar con lo que llamamos el desierto digital”, explica Brito

Un nuevo contexto después del 2020

Sin embargo, si bien internet 5G no es una realidad en todo el país, los desafíos con la conectividad persisten, especialmente después del nuevo contexto que presenta la pandemia del nuevo Coronavirus. En 2020, la necesidad de acceso remoto a Internet afectó desde la educación pública a las empresas privadas, que enfrentaron la “nueva normalidad” con la distancia social y la interacción que necesitó ser completamente digital.

En la punta del país, en el interior de Rio Grande do Sul, Embrapa Clima Temperado, en Pelotas, que tiene como objetivo desarrollar tecnologías para agroecosistemas y realiza investigaciones alternativas en diferentes segmentos, como arroz y frutas de clima frío, contó con la cooperación de RNP para permitir la continuidad del trabajo de modo online, tanto a través de la velocidad de Internet como a través de los servicios de Conferencia Web. “RNP brindó un diálogo positivo con varias instituciones en Brasil, el acceso a diferentes grupos de investigación, lo que permitió la interacción, el aprendizaje y la mejora de las relaciones entre los colaboradores, siendo una ganancia significativa para toda la comunidad”, señala Alberi Noronha, analista de Transferencia de Tecnología y Comunicación Empresarial, sub-área de Gestión de Negocios Tecnológicos. 

Avances rurales a través del entorno digital 

Ante este escenario retratado, en 2018, la inauguración de Rede Metropolitana de Pelotas (Recop), entidad del Programa Redes Comunitárias de Educação e Pesquisa (Redecomep), ya había llevado 55 km de extensión de fibra óptica, que atiende a más de 40 edificios de la Universidade Federal de Pelotas (UFPel), Instituto Federal do Rio Grande do Sul (IFSul), la Alcaldía Municipal, y también Embrapa. 

Así, el uso de internet de alta velocidad se hizo posible en el municipio y en la región, efectuando una nueva red de comunicación en 2020. “Dado que Embrapa Clima Temperado por sí sola no puede utilizar estas herramientas, con el fin de tener una interacción con aliados, como Emater RS, agencias públicas y el propio agricultor, en este sentido, RNP ha acortado la distancia y el propio tiempo, y ha facilitado el diálogo, que en tiempos de pandemia, no serían factibles”, explica Alberi.
Además del acercar a los aliados, servidores y la comunidad, el acceso a los servicios online también fue una forma de brindar capacitación entre los colaboradores, así como avances científicos en diferentes grupos de investigación, como comenta Alberi, responsable de varias acciones de investigación, transferencia de tecnología, intercambios de conocimientos e innovaciones con el público de la agricultura familiar y las comunidades indígenas de Rio Grande do Sul. “Gracias a RNP, Embrapa está llegando más al ciudadano común, algo que antes no era posible. Además, si no fuera por RNP, no podríamos seguir adelante