Proyecto BELLA beneficia a Copernicus, proyecto de Observación de la Tierra de la Unión Europea

- 25/05/2021
Copernicus_logo

 

 

 

Imagine un sistema capaz de monitorear el planeta Tierra, proveyendo continuamente, en tiempo real, datos e informaciones acerca de sus características, incluyendo: cualidad del aire, situación de la capa de ozono y radiación ultravioleta, emisiones y flujos de la superficie, radiación solar y gases del efecto invernadero. Se trata del Copernicus, programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea.

Creado con el objetivo de proveer servicios de información basados en datos de satélite e in-situ (es decir, recolectados en la propia Tierra), el programa europeo cuenta con la cooperación internacional de diversos países, incluyendo Brasil, Colombia y Chile, en América Latina.

Redes académicas también colaboran con el proyecto: la RedCLARA, que opera una red regional para la América Latina, la GÉANT, la red regional pan-europea, y la Rede Nacional de Educación e Investigación (RNP). Juntas con más 8 redes nacionales de Europa y América Latina, ellas participan del consorcio BELLA, (Building European Link with Latin America), que atiende a las necesidades de conectividad de largo plazo entre las comunidades de investigación y educación europeas y latinoamericanas.

Copernicus realiza un conjunto de misiones satelitarias denominadas de Sentinel (Centinela, en español), coordinadas por la Agencia Espacial Europea (ESA, en su sigla en inglés), donde cada misión se centra en un aspecto de Observación de la Tierra, como la atmosfera, los océanos y la cobertura terrestre.

Los datos disponibles pública y libremente por Corpenicus son de interese público y también para la realización de diversas actividades de investigación y de monitoreo en Brasil y en el mundo, incluyendo, por ejemplo, el monitoreo de los cambios climáticos y de deforestación.

Entre los principales usuarios de los servicios de Copernicus están incluidos los elaboradores de políticas públicas del medioambiente y las autoridades públicas que fiscalizan la aplicación de la legislación ambiental. Fue Copernicus el responsable, por ejemplo, de detectar una reducción en la contaminación del aire durante la pandemia del coronavirus. Es importante saber también que el acceso a datos captados por Copernicus no es confinado a gobiernos, y se puede obtenerlos de manera libre por empresas e individuos a través del internet.

Desde 1988, el gobierno brasileño conduce, mediante el Instituto Nacional de Investigación Espaciales (Inpe), programa de observación de la Tierra, mediante satélites, lanzados y operados por los EE.UU. y China. En 2018, el entonces Ministerio de la Ciencia, Tecnología, Innovaciones y Comunicaciones (MCTIC) y la Comisión Europea celebraron un Acuerdo de Cooperación, para dar acceso mutuo sin costo a las observaciones satelitarias realizadas por los dos gobiernos.

En el mismo año, la Agencia Espacial Brasileña (AEB), el Inpe y la Agencia Espacial Europea (ESA) celebraron un Acuerdo de Cooperación Técnica para tratar de acceso brasileño a los datos de Copernicus en cambio de los datos recolectados por Inpe. Con vigencia hasta 2024, este acuerdo dispone que en Brasil, Inpe se haga un hub regional en América Latina para el acceso a datos de Copernicus.

“La cooperación internacional con Copernicus enriquece los recursos para la observación de la Tierra, disponibles en nuestra región, mientras permite a los europeo el acceso a las observaciones realizadas por satélites monitoreados por el Inpe, beneficiando los dos socios. Es importante reconocer que Copernicus también trajo inversión de cerca el 35% del costo de la adquisición, por toda su vida hábil, estimado en 25 años, de una grande fracción (el 9%) de la capacidad total (72 Tbps) del nuevo cable EllaLink entre Brasil y Portugal, que se pondrá en marcha el julio de este año. En cambio, Copernicus logra un canal transatlántico de 100 Gbps dedicado a su uso. La alianza entre infraestructura de comunicación y sus grandes usuarios de interese público es un modelo atractivo para financiar las nuevas redes de investigación y educación”, evalúa el científico de redes de la RNP Michael Stanton.

Según informaciones del proyecto BELLA, sin conectividad a una Red Nacional de Investigación y Educación, un profesional que actúe en urgencias climáticas en Latinoamérica y mapea una región de 500 Km2 podría esperar 60 minutos para descargar datos críticos. Con la conclusión del BELLA en 2021, la conectividad de alta velocidad proveerá los mismos datos en solamente 7 minutos.

Acerca del proyecto BELLA

El Programa BELLA atiende a las necesidades de interconectividad de largo plazo de las comunidades de investigación y educación europeas y latinoamericanas, alcanzadas mediante dos proyectos: BELLA-s, que asegura derechos de espectro en el cable submarino EllaLink y asegura requisitos de conectividad “a prueba de futuro” por los 25 años siguientes; y BELLA-T, que prevé la conclusión de la conectividad de alta velocidad e igualdad de acceso para las comunidades de investigación y educación en todo el continente.

Para saber más, acceda: https://www.bella-programme.eu/.